Después de cuatro horas y veinte minutos, el español prevalecía por 3-6, 7-5, 3-6, 7-5 y 7-6, en un partido marcado por los problemas físicos del español tras lesionarse en el abdominal a mediados del primer set y que le dejaron ostensiblemente mermado durante el resto del encuentro. De esta forma terminaba la participación de Nadal en Wimbledon tras tres años sin participar, alcanzando las semifinales y demostrando que todavía es capaz de jugar a gran nivel en hierba.