Nada más se sabe hasta 1903, año en el cual dentro de las fiestas de Corpus Christi, se incluye en su programación la ejecución de un encuentro de exhibición a disputar por un grupo de aficionados madrileños en el Hipódromo de Armilla debido a la falta de un espacio reglamentario en condiciones. El Campo de los Mondragones por esas fechas era el principal recinto nazarí y raro era que aficionados, curiosos y transeúntes no se dieran cita allí para comprobar las evoluciones de los clubs y campeonatos.